Conociendo A Jesús | Paso 2: Creciendo en tu Relación con Dios
En nuestra última lección aprendimos la verdad maravillosa de que al nacer de nuevo, estamos en Cristo
Como estamos en Cristo, tenemos una nueva posición ante Dios. Él nos ve perfectos en Cristo.
En esta lección aprenderemos más acerca de lo que pasó cuando nacimos de nuevo. No solamente tenemos una nueva posición ante Dios, sino también tenemos una NUEVA RELACIÓN con el Señor Jesucristo. Esta nueva relación se puede expresar en dos oraciones cortas:
Para ayudarnos a comprender esta nueva relación entre Él mismo y el creyente, el Señor Jesús usó una ilustración de la naturaleza. Él dijo: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos”. El Señor Jesús es la Vid; los creyentes somos los pámpanos. Así que cuando “la vid” se mencione en esta lección, pensemos en el Señor Jesús; cuando se mencionen “los pámpanos”, pensemos en nosotros mismos.
La Vid y los pámpanos son una sola cosa
Al contemplar la vid y sus pámpanos, vemos que son una sola cosa. Comparten una vida. La misma vida que fluye por la vid, fluye también por los pámpanos.
Esto nos enseña que somos uno con el Señor Jesús. La Biblia dice:
Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él (1 Corintios 6:17).
En el mismo instante en que recibimos al Señor Jesús como nuestro Salvador, quedamos unidos a Él. Somos hechos parte de Él. Así como los pámpanos están unidos a la vid, así nosotros quedamos unidos al Señor Jesús. Somos uno con Él.
El pámpano está en la Vid
No sólo está el pámpano en la vid, sino también la vid está en el pámpano. Después de que el pámpano ha sido injerto en la vid, la misma vida de la vid empieza a fluir por él. Esto es lo que mantiene vivo al pámpano y lo hace que fructifique.
Esto nos enseña que Cristo está en nosotros. No sólo estamos en Cristo sino Él también está en nosotros. Tenemos la misma vida de Cristo en nosotros. ¿Cómo es posible esto? Veamos cómo el mismo Señor Jesús explicó esto a sus discípulos.
Dios anhela pasar tiempo con nosotros y conectarse con nosotros en una relación. Sin embargo, como cualquier relación, se necesita tiempo y esfuerzo para nutrirse y crecer.