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Trata de Pensar Como Dios”

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová –Isaías 55:8

Ahí estaban esos enormes, ruidosos y glotones cuervos, escarbando las semillas de mi nuevo comedero para pájaros. Durante varios días habíamos estado compitiendo; ellos vaciando el comedero y yo llenándolo. Al minuto de haberlo llenado, se abalanzaban para vaciarlo de nuevo.

Me sentía molesta y desilusionada. “¿Dónde están las aves lindas que yo quería, Señor?”. Yo tenía la ilusión de que el comedero me quitaría un poco del sentimiento de soledad que tenía desde que nos habíamos mudado a este nuevo lugar. Pero, en lugar de pájaros carpinteros, cardenales y gorriones, los únicos que vinieron fueron los ruidosos y sucios cuervos.

“Por favor, Señor, llévate a estos cuervos y manda a tus aves hermosas”, oré. Sentí como si Dios me dijera: “Éstas son mis aves hermosas”. No podía creerlo. ¿Cuervos? Los miré de nuevo, revolcándose entre las semillas. “Ves”, me dijo Dios, “yo no mido el valor según tus estándares sino los míos. Quizá lo que querías era pedir mis más coloridas aves”.

En 20 años jamás he olvidado eso. Dios no evalúa a la gente ni las circunstancias como nosotros. ¡Gracias por eso, Dios!

Querido Señor, ayúdanos a ver a las personas y las situaciones de la manera en que tú lo haces. Amén.