Palabras Buenas
Uno de mis compañeros de trabajo tenía un problema con el negativismo. Él tiene el potencial de ser un buen vendedor, pero su sarcasmo y su actitud negativa alejan a las personas. Un día, varios de nosotros decidimos que íbamos a tratar de ayudarlo. Una mañana, a las diez, le dijimos que si él podía permanecer hasta el mediodía sin decir nada negativo, le compraríamos el almuerzo. Hambriento, como estudiante de escuela superior que era, aceptó inmediatamente nuestro reto.
La mañana pasó lentamente, y en varias ocasiones comenzó a decir algo negativo, pero se contenía. Estábamos seguros de que el incentivo de comida gratis lo motivaría, pero a las 10:45 ya estaba evidentemente irritado. Se rindió cerca de las 11:00. “¡No aguanto más!» exclamó. «¡No vale la pena! Tengo que decir algo negativo!”. Tristemente, esta forma de expresarse se había convertido en un hábito profundamente enraizado.
El apóstol Pablo nos amonesta a concentrarnos en lo que es verdadero, honesto, puro, amable y es de buen nombre. No podemos mantener fuera los pensamientos negativos, pero podemos evitar que se conviertan en nuestro foco.
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo… en esto pensad.” Filipenses 4:8
Tu amiga,
Magda Hermida