La Otra Mujer
La Otra Mujer
Desde hace poco había comenzado a salir con otra mujer, en realidad había sido idea de mi esposa. “Tú sabes que la amas.” Me dijo un día, tomándome por sorpresa. “La vida es demasiado corta, debes dedicarle tiempo.” “¡Pero yo te amo a ti y quiero estar contigo!”. “Lo sé. Pero también la amas a ella.” La otra mujer, a quien mi esposa quería que yo visitara, era mi “MADRE“. Esa noche la llamé para invitarla a cenar y al cine.
“Creí que sería agradable pasar algún tiempo contigo.” Le dije. “Los dos solos.”
Reflexionó sobre ello un momento. “Me agradaría muchísimo.” Dijo.
Ese día me esperaba en la puerta con su abrigo puesto, se había rizado el cabello y usaba el vestido con que celebró su último aniversario de boda, su rostro sonreía e irradiaba luz.
Fuimos a un restaurante no muy elegante, pero sí acogedor, mi madre se aferró a mi brazo como si fuera -La primera dama-. Cuando nos sentamos, tuve que leerle el menú. Durante la cena tuvimos una agradable conversación; nada extraordinario. Hablamos tanto que nos perdimos el cine. “Saldré contigo otra vez, pero sólo si me dejas invitarte.”
“¿Cómo estuvo tu cita?” Quiso saber mi esposa cuando llegué aquélla noche. “Muy agradable… Mucho más de lo que imaginé.” Contesté.
Días más tarde mi madre murió de un infarto masivo, todo fue tan rápido, no pude hacer nada. Al poco tiempo recibí un sobre con copia de un cheque del restaurante donde habíamos cenado mi madre y yo, y una nota que decía:
La cena la pagué por anticipado, estaba casi segura, de que no podría estar allí, pero igual pagué 2 platos uno para ti y el otro para tu esposa,
jamás podrás entender lo que aquélla noche significó para mí. Te amo.
Tu Amiga,
Magda