Héroes
Vidas Dignas de Imitar Por Doug Stringer
Hace unos pocos años, una estrella de basquetbol de la NBA provocó tal controversia al insistir que él no fuera considerado como un modelo a seguir. Argumentó que nadie debería imitarlo solo porque era una estrella deportiva. Su esfuerzo para distanciarse de la santidad tal vez es comprensible. Él nunca ha pretendido ser un modelo de espiritualidad, y no desea que alguien espere eso de él. Pero lo que él no pudo ver, sin embargo, es que quienes están en el ojo público, tienen un impacto inherente en sus fans y la sociedad a su alrededor. Nosotros, como cristianos, o debo decir quienes pretendemos seguir a Cristo, deberíamos estar preocupados cuando intentamos dar el mismo argumento.
Si bien es cierto que desde luego no somos perfectos y no lo seremos en el corto plazo, no es excusa para hacer caso omiso de nuestras responsabilidades para reflejar el amor y el carácter de Cristo. Si nuestra vida cristiana es tan hipócrita y comprometida que no vale la pena imitar, necesitamos hacer un serio repaso de ella. Leonard Ravenhill solía decir, “¿Acaso las cosas que usted está viviendo, valen la pena para que Cristo haya muerto por ellas?”
El Apóstol Pablo nunca se resistió en retar a la gente para que siguiera su ejemplo. No de una manera farisaica, sino con un espíritu de humildad y con confianza, Él decía: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” (I Corintios 11:1).
Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos (2 Tesalonicenses 3:7).
Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio. Por tanto, os ruego que me imitéis (I Corintios 4:15-16).
Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos… (2 Timoteo 3:10-11).
No creo que Pablo haya desafiado a la gente para que lo imitara porque él era alguna clase de súper cristiano. Pero él sabía que con una clara consciencia, con el poder de la gracia de Dios, y una postura de humildad, él confiadamente podía decir que la vida de Cristo en él valía la pena imitarse. Dios no está buscando clones del cristianismo de hoy en día, sino imitadores de Cristo.
El Dr. Edwin Louis Cole, fundador de la Red de Hombres Cristianos, a menudo decía que “Los campeones no son aquellos que nunca fallan, sino aquellos que nunca se dan por vencidos.” Necesitamos un espíritu perseverante porque necesitamos ganadores y campeones para Jesús. Necesitamos héroes de fe y valor para este tiempo.
La triste realidad es que muchos de los jóvenes de hoy no están impresionados por los ejemplos que les damos. No hemos sido heroicos en nuestra lucha contra la obscuridad espiritual en nuestra tierra, sino que a menudo hemos sido seducidos por ella. A pesar de intentar de animar a otros para que sean discípulos celosos de Cristo, es difícil que ellos acepten nuestro mensaje cuando se ve limitado por nuestras vidas complacientes y poco inspiradoras.
Pablo animó tanto a los cristianos como a los no creyentes para que siguieran su ejemplo. El Rey Agripa le preguntó a Pablo, ¿Piensas que en un tiempo tan corto me puedes persuadir a ser cristiano? La respuesta de Pablo fue grande: Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano. Y Pablo dijo: “¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy…(Hechos 26:28-29).
Si somos honestos, tendremos que admitir que la iglesia de hoy ha sido un hazme reír del mundo. Hemos proporcionado forraje para comediantes y presentadores de los shows televisivos para ridiculizar el evangelio. Un respeto saludable para las cosas de Dios es remplazado con un bostezo o una risita.
Se ha contado la historia de una maestra de escuela dominical que les preguntó a los niños de su clase mientras iban camino a un servicio de la iglesia, “¿y porqué es necesario estar callados en la iglesia?” Una niña pequeña muy brillante contestó, “¡Porque la gente está durmiendo!” ¡Es tiempo que despertemos de nuestro sueño y nos levantemos!